A estas alturas de la película y poco más de doce horas después de su nombramiento - alboroto en twitter, ya sabemos todos que el Argentino Jorge Mario Bergoglio ahora es la nueva mano de Dios convertido en Papa bajo el nombre de Francisco I (Paquito palito para los amigos).
Muchos comentarios ayer nos inundaban la red acerca de su grado de homofóbia, la noticia gorda sería que Paquito fuese el primer Papa pro-gay..., ya que la nueva mano derecha del Señor le puso el adjetivo de "Eso es una movida del diablo" en referencia al Matrimonio igualitario o el tan mítico "la pretensión destructiva del plan de Dios".
Pero Paquito I, que no hay que confundir con Paquito el Chocolatero, ha tenido más perlitas retrógadas y en contra de diferentes colectivos, no íbamos a ser los únicos... En el tema del aborto el nuevo Papa se muestra en contra en la totalidad de los casos, incluyendo incluso los casos de violación, y planean sobre él las acusaciones de su supuesta implicación en el robo de bebés y su supuesta implicación en el apoyo de la dictadura de Videla (con la desaparición de por medio de Sacerdotes disidentes a dicha dictadura).
Así que, con todo esto, tenéis (a los católicos devotos me refiero ya que a mí éste mamarracho me la trae floja) un Papa que nos olemos va a dar mucho, pero mucho, de que hablar.
Y como último aporte, os dejo con la carta remitida a las Carmelitas en Junio de 2010 donde el nuevo Papa hace un llamamiento contra el colectivo LGTB y el Matrimonio Igualitario, y es que se llama Matrimonio, le joda a quién le joda:
Buenos Aires, 22 de junio de 2010.
Queridas hermanas:
Les escribo estas líneas a cada una de Ustedes que están en los cuatro Monasterios de Buenos Aires. El pueblo argentino deberá afrontar, en las próximas semanas, una situación cuyo resultado puede herir gravemente a la familia.
Se trata del proyecto de ley sobre matrimonio de personas del mismo sexo. Aquí está en juego la identidad, y la supervivencia de la familia: papa, mamá e hijos. Está en juego la vida de tantos niños que serán discriminados de antemano privándolos de la maduración humana que Dios quiso se diera con un padre y una madre. Está en juego un rechazo frontal a la ley de Dios, grabada además en nuestros corazones.
Recuerdo una frase de Santa Teresita cuando habla de su enfermedad de infancia. Dice que la envidia del Demonio quiso cobrarse en su familia la entrada al Carmelo de su hermana mayor. Aquí también está la envida del Demonio, por la que entró el pecado en el mundo, que arteramente pretende destruir la imagen de Dios: hombre y mujer que reciben el mandato de crecer, multiplicarse y dominar la tierra.
No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento) sino de una "movida" del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios. Jesús nos dice que, para defendernos de este acusador mentiroso, nos enviará el Espíritu de Verdad.
Hoy la Patria, ante esta situación, necesita de la asistencia especial del Espíritu Santo que ponga la luz de la Verdad en medio de las tinieblas del error necesita de este Abogado que nos defienda del encantamiento de tantos sofismas con que se busca justificar este proyecto de ley, y que confunden y engañan incluso a personas de buena voluntad.
Por esto recurro a Ustedes y les pido oración y sacrificio, las dos armas invencibles que confesaba tener Santa Teresita. Clamen al Señor para que envíe su Espíritu a los Senadores que han de dar su voto. Que no lo hagan movidos por el error o por situaciones de coyuntura sino según lo que la ley natural y la ley de Dios les señala. Pidan por ellos, por sus familias que el Señor los visite, los fortalezca y consuele. Pidan para que ellos hagan un gran bien a la Patria.
El proyecto de ley se tratará en el Senado después del 13 de julio. Miremos a San José. a María, al Niño y pidamos con fervor que ellos defiendan a la familia argentina en este momento. Recordémosle lo que Dios mismo dijo a su pueblo en un momento de mucha angustia: "esta guerra no es vuestra sino de Dios". Que ellos nos socorran, defiendan y acompañen en esta guerra de Dios.
Gracias por lo que harán en esta lucha por la Patria. Y, por favor, les pido también que recen por mi. Que Jesús las bendiga y la Virgen Santa las cuide.
Afectuosamente,
Jorge Mario Bergoglio s.j.